filosofías de un amor etéreo

En el silencio la suave brisa recita una mustia albada acompañada por ráfagas de frío y lluvia en el albor de la serena mañana impetuosa como ninguna y así con el hermoso sonido de la llovizna me despierto, busco aquel canto impropio e ingenuo que ha hecho que me despierte de mi dulce y cálido sueño, camino entre dormida, solo con esa pálida camisa que deja ver mi frágil y delicada piel albera; sutil y lentamente miro a mi ventana, encontrando así a los culpables de despertarme de mi ensueño, que ya hacen en el azul e inmenso cielo, pequeñas aves cantoras que avisan que hay un nuevo día en el firmamento, su canto entonces ya disperso me hace pensar en mi desiderátum perfecto, ese que me regala despertar en el empíreo con esas melodías de una noche de concitar aquellos sentimientos; parece todo un simple cuento, la razón de dormirnos y despertar entre más palabras, escritos y versos, tanto que entregar, tanto que desfogar, tanto es que hasta cuesta contar.

Hace aproximadamente unas horas en las que simplemente estudiaba esas largas e intelectuales palabras sobre los estudios filosóficos de lo que para la vida el amor respecta, en el piano con todos esos libros, mi mente conciente se tenta por la perfecta armonía musical y así experimento el dulce sonido de aquellas escalas melódicas menores que mis manos comienzan a interpretar, el sonido comienza a impregnar el lugar y de la nada apareces de la oscuridad, iluminando mi mirada, me abrazas... Y pienso entonces en Darwin y su frase: "El amor por todas las criaturas vivientes es el mas noble atributo del hombre". En esta parte de nuestro fascinante encuentro recuerdo desde aquel día con toda facilidad, ese día que te conocí, la verdad yo jamás llegue a pensar que serías tu, la persona mas importante en mi vida y en mi historia; intentamos ser discretos, intentamos ser solo extraños, ya siento que todo lo hemos intentado y aun seguimos aquí, tal cual parece una historia sin fin con comienzos interminables; lo cual hace que todos los días al verte de nuevo, sea como el mismo y eterno día. Pienso que eres como un epítome en mi vida en este momento y yo soy simplemente esa obra escrita, como una antología poética meliflua llena de estro literal, pero tu sigues siendo mi gran ataraxia, la paz de mi inquieta y nefelibata mente incierta.

¿Pero, cómo? Cómo podemos ser tan diferentes a los demás; cómo es que esto que no es un algo si no un todo puede ser tan etéreo y sublime al mismo tiempo, tal como de otro planeta, como si realmente el amor fuera tocable con los dedos, tan real, tan ingenuo, tan místico que duele al ser tocado nuestro pecho, por que he ahí la intriga de toda esta retorica intuitiva, el dolor que se siente el amor, no es solo lo que sucede después de que se acaba, todas esas frases y escritos referente a lo que respecta dicha palabra, hablan sobre lo mucho que el amor duele, y en mi locura por comprender lo que esto significaba saque una nueva ilación que deduce así lo que quieren ellos decir y es que el amor no duele solo después, si no que durante también y no es por lo que dicha persona te haga si no por que con lo que respecta el amor de verdad, cuando se siente de manera natural y plena se experimenta eso que yo siento al verte, el dolor en mi pecho, ese síntoma de taquicardia severa como un estruendo sordo en mi interior, como un nudo; pues es eso lo que he comprendido y por ello mi conclusión en este punto de lo que es realmente ese dolor al que muchos refieren relacionado con amor. Pero es que nuestro amor cada día duele más, tanto que hay que gritarlo para calmar todo ese fuego que tenemos dentro. Es que amor... Yo por ti alucino en todos mis largos días, las palabras son interminables e inconmensurables. Ya no puedo seguir ni un día sin ti, se siente como si la muerte llega lentamente a mi al encontrarme sin ti, solo te miro fijo y tiemblo en pequeños intervalos. Tan insoportable, tan real, tan insaciable es esto que yo siento... Y de la nada, vuelvo a mi realidad que es aún más perfecta encontrándote tú aquí. Un ósculo de tus labios y una caricia de tus manos son todo lo que mi piadosa alma pide a gritos para calmar un poco al incalmable corazón.

Realmente somos un grato experimento que no pertenece ni a este mundo ni a cualquier otro que se pueda creer, somos polvo del universo y estrellas en el desierto, Ángeles que caen del cielo.

"Lo que se hace por amor está más allá del bien y del mal" Friedrich Nietzsche.



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