Nuestro destino

En la suave brisa un canto teñido de azul ronda en los finos y mustios cantares de las pequeñas aves, que en el viento corren con sigilo y entonación. 

Pero al abrir mis ojos solo veo guerras, dolor y sufrimiento, un llanto súbito e intenso, las vidas de miles ya hacen en el cielo, pero ¿Qué ha pasado, se ha vuelto este nuestro infierno?, ¿Qué hemos hecho merecemos esto, este sufrimiento?

La luz ya está muy lejos, no la veo, pero la siento, esta cerca latiendo, pero el odio nos está comiendo como lobos hambrientos, nos está consumiendo, tal parece que el destino está en nuestras manos llenas de sangre por tantas vidas y memorias borradas, pero aún hay tiempo, aún hay esperanza que es aquella de mi poético sueño en donde los pájaros cantaban, donde el cielo y las personas eran un mismo río, en donde la paz se puede alcanzar, aquel sueño donde tumbamos los muros de nuestra mente que nos impide ver aquello que es bello e importante de verdad, es mi sueño en donde los niños ya no caminan descalzos con hambre y necesidad, hay armonía en todos y la belleza más hermosa es la del brillar de los ojos y las miles de sonrisas que se pueden lograr si con fe rompemos todos los paradigmas de este mundo, que no es mundo. 

Lo podemos obtener, pero mientras seguiremos viendo como cae, como lloran, como se aflige el universo al ver como nosotros mismos destruimos toda paz y esperanza posible en la tierra, mientras las lágrimas en miles de personas, el hambre y la desgracia siga llegando no tendremos aquella dichosa paz que jamás hemos sido capaces de cosechar. 

Seamos nosotros quienes limpiemos las lágrimas del mundo, no solo por una, si no por millones de sonrisas. 


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